Para muchos médicos, y profesionales de otras
áreas sanitarias, la Posturología no es conocida y, es más, no aparece siquiera
en su léxico porque desconocen su existencia. Para poderla definir, bastaría
con unas palabras cortas, pero de esa manera ocultaríamos la verdadera
complejidad que encierra esta área de estudio de la postura humana; habría que
remontarnos en su historia para poder entender mejor el contexto en el que se
desenvuelve. Gagey hace referencia en su libro a un comentario de Liebnitz
sobre la necesidad de buscar un concepto en su devenir, en su transformación en
un proceso, permite comprenderlo mejor.
Podríamos decir, que la Posturología es una disciplina de la
medicina que se encarga del estudio de la postura humana, aunque la
Posturología no es ninguna rama ni ninguna especialidad médica puesto que,
aunque se basa en los mismos principios fisiológicos, anatómicos y biomecánicas
conocidos desde hace muchísimo tiempo, su existencia es desconocida por la
medicina ortodoxa. Hay lugares donde tiene mejor aceptación como
Francia, Italia, Portugal; en otros con algún recelo pero hay zonas donde los
médicos jamás han escuchado de su existencia. En España, su aceptación por el
gremio médico es muy compleja porque en su mayoría desconocen de que trata.
En Latinoamérica, es casi una desconocida.
Se están realizando cursos de formación en Brasil y ocasionalmente en
Argentina.
En Norteamérica, Canadá lleva la avanzada y, ahora, recientemente,
un grupo canadiense está realizando cursos de formación en USA. En Centroamérica
tengo pocas evidencias de grupos de trabajo.
En el norte de África, hay médicos
que han recibido formación en Francia y están empezando a tener presencia.
Ya
es conocida la participación de Japón en el establecimiento de la Posturología
con los trabajos pioneros de Fukuda, que continuan en su laboratorio. La
Posturología es conocida por muchos pero aplicadas por muy pocos. Algunos ORL en
especial para el manejo del vértigo; un grupo pequeño
pero interesante de odontólogos, optometristas comportamentales (en mi
opinión, el grupo más interesado en la temática), algunos podólogos, y
los fisioterapistas.
Se ha abierto un mercado de ofertas y propuestas
de tratamientos posturales (y de cursos de formación en Posturología), incluidas
las de los balnearios, que bien indicados y con una orientación precisa, aportan
un importante beneficio a la postura; muchos de estas propuestas están dirigidas,
en muchas ocasiones, por personas que
solo saben hacer y desconocen en ocasiones los fundamentos fisiológicos y los
efectos de las maniobras o terapias realizadas; llevando a crear un estado
total de desconcierto en el paciente, distorsionando el verdadero sentido de la
práctica de la Posturología, llegando a ser percibido por los médicos y los
estamentos universitarios, como una de las tantas medicinas alternativas que
existen (muchas de las cuales funcionan realmente y son reconocidas por la OMS),
despreciando los valiosos fundamentos neurofisiológicos y neuroanatómicos en
los cuales se funda la Posturología clínica.
La Posturología es, simplemente, una forma
diferente de abordar la evaluación global de la postura humana. Decía Bernard
Bricot, en una de sus charlas, que mientras la mayoría de los médicos se
dedican a tratar los síntomas, aquellos que estudian, conocen o saben de
Posturología buscan la causa de este y proponen un tratamiento basado en la
corrección de estos factores alterados. Aunque, en mi opinión muy particular,
aún se quedan muy cortos porque lo que encontramos como posibles alteraciones
sensoriales causantes del defecto en la organización postural y, por ende,
causante de la patología motivo de consulta tiene, en ocasiones, etiologías más
recónditas.
HISTORIA DE LA POSTUROLOGIA
HISTORIA DE LA POSTUROLOGIA
No es nada nuevo esto del tema de la postura. Ya
muchos antiguos lo habían mencionado en sus escritos y sentaron las bases de
esta revolución del conocimiento. Desde los tiempos de Platón, Hipócrates y
Aristóteles, existieron muchos estudiosos que se intrigaron por el tema de la
postura e intentaron encontrar una explicación al misterio de la postura erecta
humana y destacaron la relación de la complejidad de esta posición con el
tamaño del cerebro y la habilidad para el lenguaje articulado y algunos la
asociaron también a la capacidad de pensamiento. En Memorabilia, una colección de diálogos socráticos escrita por
Xenophon, un discípulo de Sócrates, alrededor del 371 hace mención a la postura
erecta y los beneficios que esta le aporta a la existencia humana en cuanto a
visión y bienestar, con respecto a las bestias que se mueven sobre sus cuatro
patas. Así mismo, Platón y Aristóteles postularon teorías que intentaban
establecer una conexión entre la postura erecta y las habilidades cognitivas.
Ya ellos habían explorado la existencia de una fuerza misteriosa contra la que
debíamos luchar para mantener nuestra postura erecta y que hacía que todos los
cuerpos tendiesen a caer hacia el centro del Universo, que para ellos coincidía
con el centro de la tierra. Solo hasta el siglo XVI, gracias a las
observaciones y los estudios de Sir Isaac Newton, se llegó al descubrimiento de
esa fuerza, que él llamo fuerza de Gravedad.
Heinrich
Cornelius Agrippa von Nettesheim (Köln 1486 - Grenoble, 1535) definió el
equilibrio postural como aquel existente entre las distintas estructuras que
integran el cuerpo humano y que le permiten mantenerse erguido. Una alteración
a cualquier nivel repercutirá en el resto del organismo.
Giovanni Alfonso Borelli, en el siglo XVII, en
sus libros de Motu Animalium I y II,
sugirió por primera vez el efecto contráctil de los músculos y dibujó el efecto
de la fuerza de gravedad y su acción en el mantenimiento del balance corporal.
Los diseños de Borelli destacan el hecho que, para que un hombre estuviese en
equilibrio, era suficiente que la línea de gravedad cayese dentro de su base de
sustentación. Borelli escribió: “Durante milenios, el hombre ha estado de pie sin hacer preguntas sobre el mecanismo que permite esta postura. La idea de una máquina
animal era desconocida. Cuando
descubrió que los cuerpos celestes estaban sometidos a las leyes de la mecánica similares a las ejercidas sobre él y sobre el resto de la
naturaleza, entonces él, comenzó a pensar en su propio cuerpo en términos de masas, aceleraciones, fuerzas, equilibrio”.
Vertical de la Línea de Gravedad
Borelli (De Motu Animalium, 1860)
Los primeros estudios de nuestro sistema postural
se remontan a 1700, pero se tuvo que esperar hasta 1890, cuando el doctor Karl
Vierordt, el creador del esfigmomanómetro, funda la primera escuela de
Posturología en Berlín. Él mismo Vierordt, en 1860, comenzó a relacionar a la
fuerza de gravedad, descrita dos siglos antes por Newton, con nuestro cuerpo en
posición erguida. Fue Vierordt quien grabó los primeros estudios
posturográficos del hombre en reposo y fue el pionero de los estudios
estabilométricos.
Vierhordt; primeros estudios estabilométricos
a: postura militar; a': la misma con ojos cerrados; b: de
pie relajado (pie derecho como pie de apoyo); c: sentado; c': sentado con ojos
cerrados; d: parado en un pie (apoyo en pie derecho).
En las décadas previas, diversos estudios se
dedicaron a destacar el funcionamiento del sistema y la búsqueda de una razón
que justificase nuestra posición erguida, entre ellos Charles Bell (1774 –
1842), quien estableció la diferencia entre nervios motores y sensoriales, se preguntaba
en 1837 "¿Cómo puede el hombre mantener una postura erguida o permanecer
inclinado enfrentándose a las condiciones de viento? se cuestionaba sobre la
existencia de un sentido particular, diferente a los descritos hasta entonces,
que permitía conocer al hombre la disposición espacial de su cuerpo y le
otorgaba la propiedad de poder ajustar y corregir la posición de su cuerpo en
relación a la vertical. Esta observación la realizó al ver la manera en que las
personas caminaban contra el viento.
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Charles Bell establece el problema con claridad
pero lo convirtió en una problemática científica para la época, cuando en ese momento
era imposible imaginar que una función no fuese asumida por un órgano - la
función crea el órgano - y que no correspondiese a un órgano de los sentidos en
este caso, había que adjudicarle a uno de esos sentidos la propiedad del
mantenimiento del equilibrio:
« ¿Qué sentido?».
El aparato vestibular, presentado por Flourens en
1829, fue la respuesta y poco a poco su propuesta fue ganando terreno en el circulo científico.
El vestíbulo es un órgano, que reunía no solo las condiciones anatómicas sino que tenía
una localización determinada en relación con el equilibrio, pero que además
este órgano se estructuraba de acuerdo con el concepto cartesiano del espacio
de tres dimensiones.
Flourens había experimentado
con conejos y palomas exponiendo sus canales semicirculares y analizó los
efectos obtenidos en la sección de uno o varios de ellos. Observó que el animal
presentaba los movimientos de la cabeza y el cuerpo en el plano del canal
lesionado. Los movimientos horizontal de la cabeza y rotación del cuerpo,
cuando se seccionan los canales horizontales; movimientos verticales de la
cabeza y caída hacia adelante cuando se manipulaba el canal vertical superior;
y movimientos verticales y caída hacia atrás con la sección del canal vertical
posterior. Además notó, intensos movimientos de los globos oculares.
En
conclusión, la ley de Flourens establece la relación de las manifestaciones tónicas
en el mismo plano del canal estimulado.
Nada más se necesitaba para seducir a todos los espíritus...
Todos, excepto uno, al menos: Vierordt.
Varios años después, en 1860, Kart von Vierordt, rectifica
las observaciones de Bell y postula que el control postural no depende de un
solo sentido sino de la interacción de diferentes tipos de información
proveniente de los ojos y de la planta de los pies. Las informaciones
provenientes de estas distintas fuentes serian posteriormente identificadas por
Sir Charles Sherrington quien le daría el nombre de propiocepción, por propius, elemento fundamental en todo
este proceso del control postural y del cual tendremos mucho de qué hablar.
Vierordt era consciente de que las cosas no eran
tan simples. En
la búsqueda de «EL» sentido del
equilibrio, se habían encontrado varios sentidos que participaban en la misma
función. Ya
conocía la participación en el mantenimiento de la postura erguida de la visión
descrita por Romberg en 1853, la sensibilidad plantar descrita por Heyd; el papel
del sentido de propiocepción - muscular, como ya se decía entonces, descrito por Longet en 1845.
Entonces, ¿cómo entender esta extraña función de
la posición vertical, manifiestamente imposible de resumir en un solo órgano de
los sentidos? Para
entonces los conceptos de sistema, el control, la cibernética aún estaban lejos
de estar disponible. Aún
no podían entender cómo puede el hombre mantener una postura erguida, por la
mera observación. Esta
simple observación, llevó a Vierordt a convertirse en el primer posturografista
por del mundo. Él
inventó un sistema que permitía registrar la oscilación postural de un hombre de
pie en posición estática, hasta el punto que estaba seguro de que estas
pequeñas oscilaciones nos introduce en los secretos de esta lucha sin fin que
lleva el cuerpo del hombre estabilizarse con la fuerzas de gravedad.
Ciento cincuenta años han pasado desde estas primeras
grabaciones posturograficas y poco a poco se ha observado que Vierordt tenía
razón, las cosas no son tan simples como Flourens pensaba. Hoy
en día todos los investigadores admiten que la postura erguida está controlado
por un sistema complejo, que integra la información sensitiva y sensorial,
procedente de múltiples canales: visual, oculomotor, vestibular, exteroceptiva
somatosensorial, plantar.
¡Vierordt tenía razón... Flourens nos engaño!
Continuara...